lunes, 27 de abril de 2009

419 y Rita



El fraude, delito recogido en el Código Penal Nigeriano de forma explícita en el artículo 419, es una forma de vida instalada y aceptada desde hace décadas en Nigeria, un país inmensamente rico en recursos, segunda potencia gasística tras Rusia y consolidada entre los diez productores de petróleo más importantes que, sin embargo, vive un auténtico drama humano sin solución a corto plazo. Situado en el número 158 de la lista de 177 países más desarrollados y con una esperanza de vida de 46 años, Nigeria es noticia estos días por el caso “Trovan”, un medicamento que Pfizer, la mayor multinacional farmacéutica, suministró en 1996 a unos cien niños de la ciudad de Kano, al norte del país, con la intención de curarles la meningitis que padecían y un antibiótico de la familia de las quinolonas a otros cien. Once de esos niños utilizados como cobayas humanas murieron y el resto sufren desde entonces secuelas terribles. Pero no fue hasta 2002 cuando el Gobierno de Nigeria llevó a los tribunales a Pfizer, que hasta la fecha no se ha hecho responsable oficialmente de un experimento que no contó con tests previos. Una tragedia de proporciones devastadoras que en el Primer Mundo no hubiera pasado desapercibida. Sin embargo, 55 millones de euros, cifra aceptada por el Gobierno Nigeriano para “resolver el asunto”, hará del caso “Trovan” un 419 más en la larga lista de fraudes que desangran un país y que quebrará, quien sabe si definitivamente, la frágil confianza entre quienes suministran medicamentos para salvar vidas en el Tercer Mundo al amparo de la Organización Mundial de la Salud y el cada vez más creciente rechazo a las ayudas del exterior que lideran los islamistas radicales que se extienden por el continente negro sin control.

“Rita”

El cuerpo humano es tan frágil como asombrosamente enérgico. Pero sin duda, en nuestro cerebro reside el talento inimaginable que nos diferencia del resto de los seres vivos de este planeta. El cerebro ha sido y continúa siendo el campo de estudio de la científica italiana Rita Levi-Montalcini, premio Nobel de Medicina que a punto de cumplir 100 años continúa investigando y dando conferencias allí donde se la reclama. Esta mujer de rasgos decimonónicos, carácter dominante y muy independiente, muestra una lucidez encomiable a pesar de que casi no ve y escucha con dificultad. Toda su fuerza vital reside sin duda en un pensamiento libre de ataduras y sin prejuicios que le llevó en 1951 a descubrir la molécula proteica llamada Factor de Crecimiento Nervioso (NGF), que juega un papel esencial en la multiplicación de las células, y a profundizar en el conocimiento del cerebro, su gran especialidad, y de la que ella es un vivo ejemplo. Ferviente seguidora del testamento biológico y la eutanasia, Rita asegura sin rubor que el día que ya no pueda pensar quiere que la ayuden a morir con la misma dignidad con la que ha vivido. Una vida en la que, como ella misma asegura, “siempre he utilizado el hemisferio izquierdo de mi cerebro y no el derecho, exponencial generador de la tragedia y la miseria humanas y germen de la extinción de la especie humana”. Habrá que creerla.

Sergio Negrín

4 comentarios:

Iara dijo...

interesante entrevista la de Rita Levi en el EPS de la semana pasada...

pepa gonzález dijo...

Gracias Sergio por descubrirme algo más sobre el continente africano y la decadencia a la que se ve sometido gracias al primer mundo. Genial Rita Levi.

Sergio Negrín dijo...

Realmente la entrevista salió en el periódico El País, y si, realmente una mujer como ella siempre resulta interesante leerla.

Iara dijo...

eso dije yo, el EPS, que es el semanal de El País... una mujer de armas tomar, la Rita esta...