viernes, 13 de marzo de 2009

¿Se buscan padres perfectos?

En una ocasión tuve la oportunidad de hablar largo tiempo con una funcionaria responsable directamente de determinar la idoneidad de los solicitantes para adoptar. Me fue imposible entenderla. Ella defendía los criterios legales y técnicos tanto para las adopciones nacionales como internacionales que determinaban la aceptación o no de los padres. Entre ellos, que el niño contara con una habitación individual en lacasa, que los padres trabajaran -nótese que he escrito “padres” y que contaran con una renta holgada. Yo entiendo que las administraciones de todos los países deben buscar los mejores hogares para niños que han sufrido más de la cuenta desde corta edad, pero ¿me puede explicar alguien entonces qué mal le han provocado padres biológicos de todo el mundo a sus vástagos al no poder permitirse habitaciones individuales para sus hijos, que tienen que compartir habitación en maravillosas literas? ¿Puede un funcionario demostrarme que parte de mis problemas de adulta se derivan de que mi madre se dedicó a “sus labores”, a cuidarnos a mi padre y a mí con cariño? ¿Será que soy en ocasiones infeliz porque en mi casa se pasaron épocas más holgadas que otras?
Me gustaría volver a tener la oportunidad de dialogar con técnicos y especialistas en adopciones para que me expliquen, como si yo fuera una niña de cinco años, cómo es posible que le quitaran a una madre adoptiva de La Orotava [Tenerife] a su hija, tras tres años de convivencia tranquila y feliz, para devolverla a una madre biológica que, tras un año con ella, la ha dejado de nuevo en manos de la administración. Esta niña, conocida por el nombre falso para respetar su intimidad de Piedad, fue llevada al primero de los tres centros de menores donde ha estado, cuando aún no tenía ni siquiera un año de vida. Ahora su madre biológica tampoco se siente capaz de educarla y cuidarla. Lo único que la administración ha conseguido en este caso es que Piedad se haya quedado sin su madre, Soledad Perera y que esté sola, una vez más.

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