martes, 10 de marzo de 2009

La crisis en los medios ¿qué me cuentas ahora?


Crisis en los medios de comunicación, se esperan despidos masivos en grandes y pequeños... la prensa escrita una de las peores malparadas.

Un redactor, cansado de contratos pasados de moda hace años decidía emprender una nueva vida, optar por otro camino y alejarse de aquella casa, escuela efímera de muchos periodistas, y emprendía el camino hacia el despacho del fondo para decir: "me voy en quince días". Era inevitable entonces que ese paseo diera lugar a una reunión en la cual, a voz en grito, el plumilla debía aguantar durante largo rato, una retahíla que se basaba en: "haces un flaco favor a la empresa", "tus compañeros se perjudicarán mucho con tu decisión", "ya no te acuerdas cuando te abrimos las puertas de esta casa", "aún no estás maduro, a dónde vas a ir", "¿recuerdas los días que te dimos cuando tu padre estaba enfermo? ¿así nos los pagas?".
Y cuando ya la tormenta amaniaba, retumbaba el definitivo y lapidario: "recuerda que, aunque te firmemos la excedencia, aquí no vas a volver a trabajar nunca más". Ahora, algunos de los que se quedaron (por lealtad, por seguridad, porque no tenían nada mejor, porque quizás 'temían' pasar por el trago de la reunión aquella) se han visto en la calle de la noche a la mañana. Les ha costado media hora a las empresas hacer reestructuración y borrar de un golpe todos aquellos principios de los que pontificaban. Me gustaría ver la cara de quienes daban aquel discurso paternalista, cuando ahora deben comunicarle a los compañeros que 'kaput', que 'ya no más', que la crisis, que ....
No hubo crisis durante todo aquel tiempo en el que se pedía lealtad y no se renovaban los convenios. No había crisis y las condiciones eran: falta de luz, ordenadores del pleistoceno, sillas de tortura... Ahora sacan de la gaveta la maldita palabra para justificar estos despidos, y se quedan tan frescos viendo el fútbol en sus despachos.

¿Qué y cómo se les dirá ahora a los trabajadores?, ¿cuál es el tono de voz que se utiliza para comunicar un ERE como el brutal que ha presentado ABC, la situación de El Mundo, la de Prisa; y más cerca -aunque lo de La Gaceta ha sido un caso diferente (pero no menos sangrante)- los casos 'prescindibles' de los últimos despidos en La Opinión y DA.
¿Ya no se acuerdan cuando, muchas veces, esos mismos periodistas se quedaron hasta el alba para que el periódico saliera lo más actualizado posible?, ¿ya no se acuerdan de las horas de más que hubo que estar a pie de playa esperando aquella patera?, ¿o del peligro que se corrió contando un Delta (quien dice un Delta dice un 31 M o un 11M o un atentado de ETA, o un partido de fútbol bajo un aguacero) que nos amenazaba las cabezas en cada esquina?
¿Ya no se acuerdan de esos discursos intimidatorios y coaccionantes que vomitaban?, ¿cuál es el que usan ahora? ¿Ya no piden lealtad? Seguramente dirán "si vuelve a salir algo no dudes que contaremos contigo...", "es un tema de RRHH", o "la orden viene de arriba"... qué rápido cambian los papeles de esta triste película.

Se les debería caer la cara de vergüenza, pero de un golpe bien certero entre las cejas.

7 comentarios:

Paushada dijo...

Como 'afectada' de ese insano edificio, en todos los sentidos, no puedo más que suscribir todo lo que apuntas. Se puede decir más alto, pero no más claro.

Anónimo dijo...

Siempre lo he dicho y nadie me ha hecho caso. Siempre me han dado por loco y por halhablado:

Antes no había crisis, pero como bien apuntas no había nada en favor de mejorar ni salarios ni condiciones de trabajo: ¿A dónde iba tanto dinero? Pero ahora que sí que "hay crisis" todo es despido y adiós muchas gracias.

Conclusión: que no ceo en la crisis ni en la madre que la parió, que todo esto no es más que una merienda de negros, como antes era una merienda de chinos.

Anónimo dijo...

Muy buena descripción de loo que muchos conocemos pero como habrá que mirar hacia adelante me hago una pregunta ¿qué ha aprendido o están aprendiendo los trabajadores de la comunicación con este tipo de comportamientos de las empresas? Es más, dudo que muchos hayan aprendido algo, salvo lamentarse...

ZaManoi dijo...

Menudos LADRONES, que nos roban el trabajo, el derecho a la verdad, nos roban el oído, la lengua y las ideas... Menudos DESGRACIADOS, pobres de espíritu, ignorantes y caciques... La crisis... ¿qué crisis? Magnífico pretexto para llenar sus arcas aún más. ¿Que qué podemos hacer? ¡ESTO!

Eva y punto dijo...

Todos hablamos desde la experiencia pero hay un problema en las generaciones de periodistas que llegan y del que casi nunca se habla. Ellos, todavía con la filosofía romántica del periodista cinematográfico y novelesco que salva al mundo de su ignorancia y desconocimiento, aceptarán esos trabajos de los que El Náufrago habla por nóminas irrisorias. Harán extenuantes jornadas de trabajo hasta que se desilusiones y descubran cómo funcionan las cosas, que los medios de comunicación son empresas sin más. Cuando se atrevan a dar el portazo detrás estarán esperando otros estudiantes de periodismo ansiosos que aceptaran, de nuevo, sueldos basura y condiciones inadecuadas para realizar su trabajo. Un maldito círculo vicioso.

ZaManoi dijo...

Una vez, en una charla en la Facultad de Periodismo que dieron "profesionales" (más bien empresarios) de la comunicación en las islas, oí decir a uno de ellos: "Yo doy una patada en el suelo y salen 30 periodistas, por eso cada vez se les exige más preparación"... Léase, que sepan escribir, grabar vídeo y voz en off, editar, hacer buenas fotos, maquetar, diseñar páginas web, y si me apuras, hasta punto de cruz fino para adornar los calzoncillos y bragas de los superiores... Señores, es cierto: en las facultades nos lo dejan muy clarito, guárdense las fantasías filosóficas y prepárense para ser explotados. Y cuantas más cosas sepan hacer, mejor. De ell@s, nosotr@s, tod@s, depende el grado de aceptación ante semejantes ofertas laborales: hay que aprender a decir NO. Y no se trata de orgullo, sino de DIGNIDAD. Sé que no es fácil, sé que cada uno está en su pellejo y sabe cuáles son sus necesidades, pero alguien tiene que decirlo. Si no, es pan para hoy y hambre para mañana. ¿No podría hacerse un ciclo (a lo mejor ya existe) de charlas de verdaderos profesionales (en activo, en el paro, desviados a otra actividad) para que les ayuden a poner los pies en el suelo? Quizás estoy desvariando...

Anónimo dijo...

Dejé de ser periodista de profesión para ser periodista de corazón. Ahora soy camarera y gano el mismo dinero. No me cuadra. No es que ahora gane mucho, es que antes ganaba una mierda. Por cierto, que a mi, cuando me fuí, me dijeron que si me bajaba de la bicicleta quizás nunca me volvería a montar.Bueno...mi triciclo no está mal.