jueves, 23 de abril de 2009

En ocasiones...

En ocasiones me figuro que un maravilloso reloj confeccionado con magia, de la más genuina y pura magia,
me permite moldear instantes de mi vida. Entonces me lleva como en sueños a otras épocas ya vividas, para darle un sentido diferente a acontecimientos que me fueron poco gratos.Una y otra vez mi idea irreal e incluso simplona, me inunda como si pudiese materializarse este pensamiento pueril; como si de alguna extraordinaria forma lograse colocar hacia detrás o hacia delante las manecillas del reloj
y cambiarlo todo.
Un resultado fatal en exámenes, una operación de negocios arriesgada, un momento de lágrimas por penas del corazón, un susto inesperado por un descuido, una palabra pronunciada en mal momento, un fiasco de cena, un amante inoportuno, un día que debía ser recordado y se olvidó, una inversión que jamás se debió hacer, un silencio demasiado largo......
Mil y unas situaciones diarias en las que una varita mágica, un salto en el tiempo o una evaporación, al más puro estilo Houdini, nos convertiría en verdaderos maestros de ceremonia de nuestra propia existencia.
Suele brotar esta idea reiterativa cuando la situación que deseo evitar o combatir se presenta incómoda. Cuando uno vive momentos alegres no se piensa en modificar espacio o tiempo porque, simplemente, uno es feliz. En cambio, cuando los momentos no son tan apetecibles, como a priori nos parecía, el relojito transportador hace falta.
Desaparecer como los ilusionistas o como el hombre invisible. No con la intención de “hacer” sino para todo lo contrario, convertirnos en inactivos, volatilizarnos, esfumarnos y no realizar acción alguna. Así quizás, los momentos más aterradores de nuestra vida desaparecerían como por arte de hechicería y viviríamos mejor o por lo menos con menor sufrimiento.Parar el tiempo para enmendar errores.
Este “modificador temporal” sí que nos ayudaría a actuar de forma distinta para compensar algún resbalón. Una máquina del tiempo para enderezar, para hacer lo debido. Un instrumento efectivo para que en momentos necesarios pasara algo inesperado pero anhelado. No sólo de retirada sino de avanzadilla, controlando minutos del antes y del después y así obtener mejoras.
Instantes de magia, de hechizos, de brujería, de ilusionismo. Soplos de encantamientos que facilitaran la llegada de una vida plácida. Sortilegios que ayudaran a recorrer este camino, por momentos, escabroso. Algo del país de las ninfas, hadas, duendes y gnomos para conformar un mundo un poquito más justo; en donde la maldad quedara erradicada; los cobardes convertidos en luchadores; los necios transformados en sabios; los envidiosos en virtuosos; los nefastos en afortunados.
Sólo se necesitaría algún momento de magia y yo, desde mi propio espacio irreal y paralelo de ilusiones infantiles, no querré ni podré jamás perder la esperanza porque aunque sólo me resulte viable en sueños sería lindo que lo podrido, equivocado y dañino se tornara inmaculado.
Y además, tiñendo de romanticismo cívico mi idea surrealista, tendría que desplegar como conditio sine qua non un halo positivo que se transmitiera sin límites. Todo bueno y nada malo podría ocasionar. Para eso es mi sueño y yo decido cómo debe ser y de qué forma transcender. Es el privilegio de ser la mente que ingenia estos pensamientos.
Realmente sería algo muy lindo..............

También el grupo pink pidió mediante la música algo de magia
http://www.youtube.com/watch?v=g8yasoBCJ0Q

Pepa

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