
El pueblo de Zimbabue se muere de hambre y de cólera, sus tierras no se cultivan, el paro afecta al 90% de la población y la inflación alcanza la inconcebible cifra de 231.000.000%. Se calcula que casi la mitad de sus habitantes necesita ayuda humanitaria. Frente a esto el déspota Mugabe se permite el lujo de restregar a esos millones de personas por las narices los faustos de su celebración a base de langosta, champán y caviar.
Los zimbabuenses no saben de crisis mundial porque viven su propia crisis, una verdadera y enorme crisis bajo la bota de un dictador que este fin de semana celebró su 85 cumpleaños por todo lo alto.
2 comentarios:
Este tipo de actitudes se pagan en la historia de los pueblos. Rencor e injusticias acumuladas durante décadas que antes o después explotan para sólo generar más miedo y dolor. Lo más triste es que los países llamados del Primer Mundo, demócratas supuestamente, miren a este señor-por llamarlo de alguna manera-cómo se come la tarta de su país él solo y no hagan absolutamente nada.
Zimbawe=desastre.
Elecciones falsas, créditos infinitesimales, precios de combustibles por las nubes, agua y electricidad se ofrecen de forma puntual, asesinatos indiscriminados, hambruna, podredumbre, dictadura totalitaria. Zimbawe=caótico.
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