jueves, 26 de marzo de 2009

¿El Cementerio de Los Libros Olvidados?


No sé, hay ocasiones en que algunos hechos y circunstancias transcurren casi inadvertidos, apenas con un fino y delicado hilo de realidad que los llega a convertir en noticiables pero sin el suficiente peso como para trascender más allá del mundo de las pequeñas cosas y arañar protagonismo en la galaxia de los mass media. No obstante, precisamente estos asuntos me llegan, a veces, profundamente al corazón e, incluso, van tejiendo un auténtico impulso difícil de aplacar y que me anima a escribir, si siquiera, unas humildes pero sentidas líneas que sirvan de desahogo compartido con los lectores de siempreenmedio.
Hace unos días pude leer una información en la que se relataba que la Biblioteca Británica cifraba en 9.000 el número de libros extraviados y robados de sus anaqueles, entre ellos, tratados renacentistas de teología y alquimia, un texto de astrología medieval así como -ojo al dato-, primera ediciones de grandes obras de la Literatura universal como, por ejemplo, El retrato de Dorian Gray de Óscar Wilde. Sí señor, tal cual. La noticia se daba así, sin más, sin levantar más revuelo ni protagonizar grandes titulares de primera página ni animadas tertulias en el adorado prime time de las audiencias.
Pues sí señor. Los directivos de la Biblioteca explicaban, para tranquilidad de los lectores, que esto no quería decir que alguien los hubiera robado sino que, tal vez, y sólo tal vez, estuvieran perdidos entre los 650 kilómetros de estanterías del centro. Claro, muy tranquilizador...
Los argumentos esgrimidos por la Biblioteca me recordaron al entrañable cementerio de los libros olvidados de La Sombra del Viento de Carlos Luis Zafón. Un lugar misterioso, casi un santuario en el que se hallan refugiados los libros que ya nadie recuerda, los que se han perdido en el tiempo o los que han sido perseguidos; un lugar que Daniel Sempere descubre, de la mano de su padre, para comprender que cada libro, cada tomo que allí se encuentra, tiene su propia alma.
¿Habrían ido a parar los libros de la Biblioteca Británica a este cementerio de los libros olvidados? ¿Se habrán fugado o estarán perdidos entre los anaqueles del centro porque nadie los ha reclamado? Quién sabe. Pero, más allá de estos interrogantes, cabría preguntarse de qué manera están velando algunas instituciones por preservar auténticos tesoros de la cultura universal.

5 comentarios:

Eva y punto dijo...

Me ha encantado tu reflexión. Ojalá tantos libros que se han perdido en guerras de medio mundo hayan conseguido escapar, ir a esos estantes de libros olvidados, en vez de sucumbir en las llamas del odio y la barbarie.

Paushada dijo...

Estoy de acuerdo. Es una verdadera lástima pensar que puedan perderse libros por negligencia e ineptitud, bastantes se pierden ya por otras causas.

Paushada dijo...

Estoy de acuerdo. Es una verdadera lástima pensar que puedan perderse libros por negligencia e ineptitud, bastantes se pierden ya por otras causas.

Anónimo dijo...

Es una pena pensar que algunos libros se puedan haber perdido, ya que cada libro escrito es una historia de sentimientos,

Anónimo dijo...

Mientras leía este artículo he viajado durante unos segundos por las largas y viejas estanterías de la Biblioteca Británica,jugando a redescubrir grandes obras de la literatura, desempolvarlas,sentir el tacto de esas primeras ediciones,sorprenderme con cada nuevo hallazgo y convertirme en una especie de justiciera que rescata a cada una de esas almas del olvido devolviéndoles su nombre.