jueves, 26 de febrero de 2009

El mazazo de Emilio

Estremece ver a Emilio dando mazazos en la Herriko de Lazkao después de ver que ETA ha irrumpido en su vida con otro mazazo. No tenemos imágenes de cómo ha quedado la casa de Emilio aunque la reforma que acababa de hacer es ya papel mojado. Tendrá que empezar de nuevo. No tenemos ni idea de lo que pasaría por su cabeza. Quizás lo mismo que por la de todos si nos hacen algo así, pero Emilio pasó del pensamiento a la acción...aunque a lo mejor sería más justo decir a la reacción porque la acción ya la habían hecho otros con un mazazo en forma de bomba en la sede de la Casa del Pueblo Socialista. Y como de costumbre, las concentraciones. Esas civilizadas manifestaciones en las que ciudadanos y políticos callan y piensan...quizás en una solución dialogada, quizás en un cerco policial sin límites, quizás en una Euskadi sin ETA, quizás en una maza que, de alguna manera, acalle la voz interior que te dice que no es justo, que ya está bien, que sólo quieres vivir sin miedo. A Emilio sus 'damnificados' le han llamado fascista (tiene cojones la cosa), han montado una manifestación en su contra y han logrado que se vaya de Lazkao. Otro más. El resto hemos optado por lo políticamente correcto que es decir que uno entiende, pero no comparte. Eso en público porque en privado....somos de una pasta mucho más fina y frágil. El poeta bilbaíno Gabriel Aresti escribió en 1963 un poema que es como un himno para muchos vascos. En pleno franquismo, Aresti decía: "Defenderé la casa de mi padre. Contra los lobos, contra la sequía, contra la usura, contra la justicia, defenderé la casa de mi padre". Quizás Emilio sólo quería eso. Quizás, y por desgracia, las cosas no han cambiado tanto desde 1963.

Martenmedio

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y digo más, si me lo permiten:
Ojalá que se capturara de una buena vez a los asesinos y criminales de Euskalerria. Ojalá que la conciencia social se dejara oír pasando del silencio de manifestaciones callejeras a un alzamiento unánime de voz contra la sin razón. Ojalá que los vascos puedan descansar de tanta injusticia y tanta intolerancia. Ojalá que todos los mal llamados “nacionalistas de las tierras vascas” se largaran con viento fresco y constituyeran, en algún lugar muy lejano, su propio dominio dejando en paz a las personas de buena voluntad (como se apunta en alguna pág. de la Biblia cristiana)