miércoles, 1 de octubre de 2008

Regalos

Admito que una de las sensaciones más gratificantes que he experimentado, sobre todo ahora que soy padre, es la de ver la reacción de un niño cuando abre un regalo que no se espera. Rebusco en mi memoria, y creo, que aunque tuve siempre todos los regalos que pedí (incluso algunos que no pedí, supongo que por ese prejuicio paterno de darme todo lo que ellos no pudieron tener) nunca reaccioné como los niños que salen en este vídeo. Se trata de una compilación de imágenes de niños y niñas que reciben la Wii de Nintendo como regalo, supongo que serán americanos.
Rebusco digo, en mi memoria, y creo que los regalos que más ilusión me hicieron fueron mi rutilante bicileta de marca GAC, algunos libros, y otras cosas menos sofisticadas. Ahora, esta consola es capaz de volver 'locos' a pequeños y grandes.
Admito además que soy una víctima de los 'gadgets', de todo aquel aparatito electrónico que se me ponga en las manos, pero, aseguro, que nunca he jugado con una consola más de diez minutos, porque me aburre mucho. Dificilmente a mi me hubiera generado las reacciones que verán a continuación el regalo de este aparatejo.
Los tiempos cambian. Las sonrisas no.

1 comentario:

Yo si opino dijo...

Estos yankis son la ostia.

Estoy hasta las narices de verles hacer el payaso siempre y cuando haya una omnipresente cámara de video que lo filme. Cuántos documentales de policias de Arkansas (por ejemplo) vanagloriándose del último glorioso rescate que han realizado delante de ésas mismas cámaras.

Obviamente, ésas cámaras no filman, o no trasciende tanto, las torturas reiteradas en Guantanamo, Irak o cualquier otro país que ose nombrar las palabras Estados Unidos en vano y que por supuesto esté acompañado de un sustancioso botín.

Entiendo el mensaje del autor, entiendo que como padre o madre tiene que ser alucinante ver una efusiva expresión de alegría y amor en las caras de tus hijos y más aún hoy por hoy, días en los que los niños se emocionan en contadas ocasiones.

Habría que grabar también la cara de tantos y tantos niños que desean tener la Wii, la Play o el cacharrito de turno; única y exclusivamente por ser uno más, por no seguir siendo el único de la clase que no la tiene porque sus padres no se lo pueden permitir. Señores, la crisis se nota, y en muchas familias lleva habiendo crisis desde que nacieron sus abuelos.

Esos niños nunca tendrán el ansiado cacharrito o gadget (menudo palabro, tomado también del mismo sitio desde nos llegan éstas imágenes) pero seguirán soñando con tenerla con muchas más ganas de lo que ésos niñatos mimados sentirán en la vida, hasta que una mañana pongán en práctica lo bien que han aprendido a tirotear a sus compañeros en el instituto de turno.