viernes, 17 de octubre de 2008

La eterna Crisis


Es muy difícil no caer en la tentación de comparar situaciones díficilmente comparables, asi que intentaré no hacerlo. Seguramente no lo conseguiré porque no puedo dejar de pensar que mientras por aquí, por arriba, pensamos cómo sacar de las crisis a los bancos para a la vez salvarnos nosotros, por allá, por abajo, millones de personas -cerca de 950 millones para ser exactos- mueren de hambre. Así que cuando me hablan de un mundo globalizado, me da por pensar qué se globaliza exactamente... porque parecería que el dinero no. Bueno, nosotros tenemos menos dinero, ellos recibirán menos dinero. Debo ser algo simple. Resulta que tengo que prestar mi dinero a los bancos que me prestan dinero para que a su vez me sigan prestando dinero. La situación me indigna bastante. Mi cabreo aumenta cuando leo que, además, las ayudas al desarrollo sufrirán recortes o, por lo menos, retrasos. Eso se teme la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Ayer, día internacional de la Alimentación, volvimos a conocer datos escalofriantes, de esos que ponen a cada cual en su sitio, de los que te dejan noqueado y hasta asqueado. Lo peor es que todos somos algo o bastante culpables. Desde Manos Unidas recordaron ayer que los gobiernos ricos hemos prometido a los hambrientos del planeta 20.000 millones de euros mientras, pero ¿cuanto hemos comprometido para salvar a los bancos? Cerca de billón y medio. ¿Demagogia? Quizás. ¿Realidad? También.
Martenmedio

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