viernes, 1 de mayo de 2009

Una entrevista de trabajo diferente


Mario entró en el despacho con la esperanza de conseguir aquel puesto de trabajo. Su entrevistador, un hombre de mediana edad y expresión indefinible, lo miró fijamente y le señaló la silla para que tomara asiento. Comenzó a abrir la boca para iniciar el cuestionario pero Mario no le dejó exhalar sonido alguno: "y ¿por qué está esta plaza vacante?" El interrogado cerró la boca con rostro sorprendido y farfulló un: "tenemos una plaza libre en el departamento de...", discurso aprendido y que, pese al cambio de ritmo provocado por Mario, no supo contener. "Sí, sí, ya, pero qué ha pasado para que esa vacante esté libre"-insistió Mario-¿el anterior empleado ha sido ascendido o fue despedido?, y si es esto último ¿por qué?". Por supuesto, lo echaron del despacho, pero aquel día él, en busca de trabajo, se había despertado pensando en qué pasaría si los aspirantes exigieran a las empresas saber por qué las plazas estaban vacantes, qué había pasado con esos ex empleados, si habían sido despedidos, si estaban de baja, si habían sido madres y/o padres, si su salida de aquel puesto era injusta o no... Se dio cuenta de que si todos los entrevistados se negaran a aceptar esos puestos de trabajo porque sus anteriores poseedores han sido despojados de ellos ilegal o injustamente, ese empresario nunca podría cubrir esa plaza y por tanto, se pensaría muy mucho el despedir de forma improcedente o ejercer el acoso laboral sobre sus empleados. Mario se dio cuenta de que tenía la solución para la precariedad laboral, pero era tan difícil de aplicar que se asemejaba a una utopía: la respuesta requiere la unión de todos y siempre habrá quien prefiera trabajar a defender el bien común en aras de alimentar a sus familias. Y es difícil reprochárselo.

2 comentarios:

Iara dijo...

has dado en la clave, Eva. en mi opinión falta aún mucho camino que recorrer en pro de la unión de los trabajadores, más corporativismo, más entrega y compromiso por las causas justas, menos egoísmo... ¿una utopía? yo quiero creer que no. de lo contrario, no quiero ser trabajadora.

Flip (el saltamontes) dijo...

Como la realidad misma, el egoísmo (fundamentado o no) es la base de este negocio en el que cuando las cosas van mal dadas siempre perdemos los mismos. Gracias por dejarlo escrito