domingo, 12 de abril de 2009

El optimismo y la salud

Artículos como este no hacen más que confirmar mis sospechas. El estado de ánimo y la enfermedad van cogidos de la mano, lo que me lleva a deducir que si somos capaces (que lo somos en la mayor parte de las ocasiones) de cambiar nuestro estado de ánimo, seremos menos propensos a tener determinadas enfermedades.
El estado de ánimo viene determinado por las circunstancias externas en muchos casos pero, por encima de ellas, por la actitud que adoptemos ante esas circunstancias. No soy especialmente adicta a los llamados libros de 'autoayuda', pero el de Ramón Gaja Bienestar, autoestima y felicidad, parece hecho ex profeso para cambiar esa actitud y, por consiguiente, estar más sanos.

2 comentarios:

Próspera dijo...

Es impresionante lo que una buena actitud puede lograr. Eso unido a la gratitud, nos hace darnos cuenta de lo afortunados que somos.Dedicar un ratito al día a dar las gracias por todo lo bueno que tenemos es una terapia maravillosa para aprender a disfrutar de la vida. ¡Qué tengan un buen día!

Anónimo dijo...

he podido comprobar en mis propias carnes que tener una visión optimista de la vida dejando los fatalismos a un lado, no sólo beneficia el alma sino el cuerpo ejerciendo una prontísima recuperación tras alguna intervención quirúrgica. La mente consigue que nuestra carcasa se reponga de las envestidas de la vida. Ver colores aunque no aparezcan y sonreír siempre de frente a las adversidades. El mundo no está sólo alrededor de nuestro ombligo.... (otra máxima que a mí personalmente me levanta el ánimo y me hace ser consciente de quién soy y dónde estoy en cada momento en que el tono gris se persona. Me encanta este blog. Pepa